El valle de Turón, estrecho en alguna de sus partes, ha
producido en siglo y medio de explotación minera, la increíble cantidad de ¡100
millones de tm de hulla bruta! Llegando a adquirir tal pujanza que su
relevancia industrial trascendió allende el Pajares. Paralelamente, su
población pasó de los 2000 habitantes de 1.890, cuando comienza el beneficio
masivo de sus recursos minerales, a los 20000 en el año 1960, en el que alcanza
su techo demográfico. El elemento humano del que se nutre el Valle, está
formado por los propios nativos y por otros individuos resultantes de la fusión
de aquellos con emigrantes procedentes de los más variados lugares de la
península, fundamentalmente de Castilla y Galicia. Eran jóvenes que venían en
busca de un dinero rápido y seguro que ofrecía el trabajo de la mina, huyendo
de la miseria secular que proporcionaba la vida campesina.
Quizás este conglomerado (angostura geográfica y grandeza
económica) haya formado una mezcla química en la mente de esta gran familia
turonesa, otorgando ciertas peculiaridades a su personalidad. Por eso se ha
llegado a decir que el valle de Turón constituye una unidad independiente de
Mieres, no sólo en lo geográfico sino también en la conciencia de sus
habitantes. Pues bien es verdad que no existe un solo turones que no sienta el
Valle como propio, viva en Turón o fuera de él. Si está próximo se maravilla al
descubrir nuevos rincones sin explorar de sus montes y poblados... mientras que
desde la lejanía, añora encontrar una ocasión para regresar a sus orígenes,
testigos de las vivencias de su infancia y juventud, un tiempo y unos años que
suelen ser los más felices de todo ser humano. Ansia recorrer los caminos que
serpentean por las laderas y conducen a Misiego o Carcarosa, L' Agueria o El
Colleu. Sendas milenarias donde una cuneta, unos guijarros, una
"portiella" de acceso a un prado que fue de sus padres o de un vecino
próximo, trae a su memoria tantos y tantos recuerdos... Quiere volver para
atiborrar de oxígeno sus pulmones en las calzadas que llevan al monte Polio
donde la vista se recrea con panorámicas impresionantes: a "La Campa les
abeyes", a "La Colladiella" o al bosque del Navaliego, hasta el
verano siguiente en que retornará ¡claro que sí! siempre que su salud se lo
permita.
El Valle de Turón se merece un respeto y una especial
atención en honor a su pasado, pero hasta ahora su brillante crónica, ha sido
pisoteada e ignorada reiteradamente. Los actuales regidores han vuelto sus
espaldas a la historia de un territorio que ha sido heroica y plagada de
sacrificios y vidas, y para acabar con ese desagravio precisa con urgencia un
lavado de cara que le permita coger el tren de la modernidad, al igual que se
afanan en conseguir, sin ir más lejos, todos los territorios de su entorno
inmediato, siendo de capital importancia para asentar población en la zona y
evitar así, la continua regresión demográfica qué está repercutiendo
negativamente en otros sectores desde hace tiempo (escolar, hostelero, etc).
Manuel Jesús López Gonzalez (Lito)